Stari Most de Mostar, símbolo de paz

Stari Most, el «nuevo» viejo puente de Mostar

Una de las atracciones turísticas más visitada en Bosnia-Herzegovina es el puente de Mostar, el tristemente famoso Stari Most. Este puente no solo es una plataforma que une un orilla con otra, este puente es mucho más, es todo un símbolo. Un símbolo de paz y unión entre dos comunidades, la musulmana y la cristiana, que durante siglos han vivido en esta pequeña pero importante ciudad.

Un poco de historia

Es tan notable la importancia del Stari Most (puente viejo) que incluso, en su día, dio nombre a la ciudad, Mostar (Most- Star) significa «puente viejo» y hace referencia además a los guardianes (mostaris) que cobraban un peaje por cruzar. Por aquel entonces apenas una docena de casas se congregaban en el lugar. Poco a poco la ciudad fue creciendo y cobrando una considerable importancia en las rutas de mercaderes.

Transcurría el siglo XVI cuando el sultán Suleimán el Magnífico encargó su construcción. Quería un puente más fuerte para sustituir al de madera que se usaba por entonces. El arquitecto Mimar Hayrettin, uno de los mejores de la época, fue el elegido para ejecutar tan soberbio encargo. Según cuenta la leyenda el arquitecto trabajó amenazado de muerte por el sultán, por si la construcción no resistía. Incluso se dice que, el día anterior a la inauguración, en 1566, el arquitecto por miedo al derrumbe decidió marcharse. Solo volvió cuando se confirmó, después de varios días, la resistencia de la nueva obra.

Construido totalmente en piedra blanca, casi 500 piezas conforman el puente. De forma cuadrada y ensambladas entre si con un por entonces, novedoso complejo sistema de clavijas y herrajes. Por la peculiar forma del arco también es conocido como el puente arco iris.

El puente, que resistió en pie como un titán el paso del tiempo, inundaciones, guerras e incluso movimientos sísmicos durante 427 años, fue destruido deliberadamente por las fuerzas armadas de los croatas bosnios durante la Guerra de los Balcanes. El país entero estaba envuelto en una guerra y Mostar, que era un jugoso premio para las tropas enemigas no se libró de los daños que eso conlleva.Stari Most, el puente que sangró por la guerra. Clic para tuitear

La mañana del 9 de noviembre de 1993 en la ciudad de Mostar sonó un estrepitoso estruendo. El sonido era bien diferente a los demás que se habían escuchado hasta el momento durante los bombardeos. El estallido, que pudo oírse claramente en toda la ciudad, provenía del viejo puente que había sido destruido totalmente. Lo fue por orden de Slobodan Praljak, comandante croata, consiguiendo con ello terminar con un símbolo que durante siglos había sido el orgullo de todos los habitantes de la ciudad. Pero ese día no solo se destruyó el puente, también se destruyeron miles de ilusiones, así como las relaciones entre los habitantes de Mostar.

 

La reconstrucción llegó a la vez que llegó la paz a la zona, en 1995. Fue entonces cuando se comenzó, con ayuda de diferentes países y bajo supervisión de la Unesco, los laboriosos y cuidados trabajos para la reedificación del puente, utilizando para ello los mismos medios y materiales, incluso se llegaron a recuperar piedras caídas en el lecho del río, para que el nuevo puente viejo fuese fielmente igual que el bombardeado años atrás.

Un caluroso día de julio de 2004 se inauguró el nuevo Stari Most. Con el nuevo puente volvió  a Mostar una tradición centenaria, los saltadores. Chavales de la localidad que se tiran desde el centro del puente haciendo volteretas y giros desde hace más de 450 años. Para ello eligen el punto más alto, con casi 27 metros de altura, para hacerlo tienen que prepararse tenazmente durante bastante tiempo. Esta tradición a cruzado fronteras y cada año se hace una competición internacional que reúne a los mejores clavadistas del mundo. Se celebra en agosto, sobre el 15 más o menos. 

 

Gracias a los buenísimos resultados de los trabajos realizados, el puente y todo el entorno fue declarado patrimonio de la humanidad poco después de ser inaugurado.

En la actualidad, el puente vuelve a lucir con la majestuosidad de siempre, reflejando su peculiar forma de blancas piedras en el verde esmeralda del río Neretva. Aún así para los más longevos del lugar, el nuevo «puente viejo» aunque lleno de belleza a perdido su alma.

A pesar de los comentarios sobre la inexistencia de alma, te invito a visitar Mostar, y el Stari Most, puedo decirte sin temor a equivocarme, que el puente te atrapara bajo su embrujo, un hechizo que como a mí, inevitablemente no dejará que apartes los ojos de él. Quizás sea el alma del arquitecto, que ha vuelto para vengarse y someter nuestra voluntad con un encantamiento de admiración. 

Donde alojarse en Mostar

Como siempre te dejo alguna recomendación donde alojarse, existen cientos de opciones, pero entre todas he elegido estas tres con diferentes precios.

  • low-cost (desde 7€ x persona) Suelo buscar bastante y elegir lo más económico, este hostel por su ubicación, el trato de David y su generoso padre y como siempre por precio esta fue mi elección para alojarme durante mi visita a Mostar, muy recomendable.
  • media (hasta de 100€ x habitación doble) Situado  en pleno centro, muy cerca del viejo puente, 3 minutos escasos, este hotel esta super bien valorado por sus clientes.
  • lujo (más de 150€ x habitación doble) Si lo tuyo es el lujo y la sofisticación este maravilloso hotelelazo situado en un edificio antiguo de piedra, precioso, en pleno casco antiguo, es ideal para ti, puedo asegurarte que en Mostar no hay otro tan bonito y con mejor ubicación.

Fotografías y texto by Santino Álvarez  


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