Durante mi viaje de casi dos meses por Ucrania, al volver a Kyiv, después de visitar Lviv y Odessa, pocas cosas me quedaban ya por ver en la capital. Chernobyl era una de ellas.

Me quedaban pocos días para abandonar el país y había estado posponiendo varias veces la visita a Chernobyl. No porque no me apeteciera, si no por miedo. Miedo a lo que allí podría encontrarme o que algo malo me pasara. En mi memoria, estaba muy presente el enorme desastre sucedido allí a finales de los años ochenta.
Pero los viajes son experiencias, salir de lo de siempre y explorar nuevas cosas. Y yo viajo justamente para eso. Así que con esa premisa me tome esta visita, como una nueva aventura.
Décadas han pasado desde el desastre nuclear más grande de la historia de la humanidad. Miles de personas fueron evacuadas en la época y la zona fue cerrada totalmente a la vida humana. Aunque la zona ya está abierta la las visitas desde el año 2011. Ahora, una serie de televisión a puesto de moda el lugar. Aunque, eso sí, el acceso está muy restringido y bajo unas normas muy estrictas.
Miles de viajeros y turistas de todo el mundo, cada día se disputan un lugar y llegan a pagar cientos de dólares para poder visitarla. Poner los pies en la enorme y apocalíptica área llamada «zona exclusión»es, además de caro, bastante complicado.
En este artículo voy a darte las recomendaciones de como visitar Chernobyl sin miedo y sin problemas.
¿Es peligroso visitar Chernobyl?
La noche del 26 de abril de 1986 tuvo lugar algo terrible, el núcleo del reactor número 4 de la central nuclear de Chernobyl, explotó. Momento desde el cual una amplísima zona entre Rusia, Bielorrusia y Ucrania de más de 3.200 km² ha permanecido prácticamente abandonada.
Aunque hayan pasado más de tres décadas, en el lugar aún permanecen todos los restos del material tóxico tan nocivo que se esparció esa fecha y posteriormente y que fue la causa de tan gran desastre para la humanidad y el medio ambiente.
Faltan cientos, miles, quizás millones de años para que la zona pueda volver a ser habitada con total seguridad.
Pero según los expertos y autoridades, los niveles de radiación a los que te expones durante una visita a Chernobyl son inferiores incluso, a los que te expones durante cualquier vuelo transoceánico. Recuerda también que cada día, en nuestra vida cotidiana, estamos expuestos a radiación en cualquier sitio o situación. Pincha aquí si quieres para ver la cantidad de objetos radioactivos que nos rodean. (Fuente: La Vanguardia)
La radiación se mide en sieverts por hora (µSv/h) y el nivel más alto al que vas a exponerte en esta visita llega hasta los 3,4 sieverts, muy por debajo de lo considerado peligroso. Aunque no hay que confiarse, hay zonas en las que es muchísimo más alta.
A día de hoy lo más peligroso que puedes encontrar en Chernobyl son los edificios. Totalmente abandonados a su suerte, con un gran deterioro y poco sólidos, que podrían colapsar en cualquier momento. Por eso nadie se debe aventurar a entrar en ninguno sin la compañía de personal autorizado.
El suelo de algunos de ellos, a los que te dejan acceder, está lleno de escombros, cristales y cientos de objetos peligrosos que podrían ocasionar graves accidentes. Así que hay que tener mucho ojo y nunca, repito nunca, separarse del grupo y los guías con los que vas.
Además se habla de que por los alrededores, al no haber vida humana durante tanto tiempo, ha crecido mucho la población de osos, lobos y linces, lo que es muy peligroso si te encuentras de repente con uno. También ha crecido la población de bisontes, vacas, caballos y se cuentan unas 200 especies de aves, entre otros muchos animales.
Tampoco caigas en la tentación de tocar ningún objeto, planta o animal (perros o gatos) que veas, recuerda que al estar expuestos durante tanto tiempo a la radiación, esta radiación podría traspasarse a ti.

Cómo llegar a Chernobyl desde Kyiv
Si como yo eres amante de las aventuras y te gustaría visitar Chernobyl por tu cuenta tengo malas noticias para ti. La única manera de entrar a la «zona de exclusión» es con una visita guiada o un tour y siempre en compañía de un guía autorizado. Todo lo demás está prohibido y te va a resultar imposible, así que quítatelo de la cabeza.
Yo después de buscar online y por Kiev en las pocas agencias que se dedican a ello, me decanté por hacerla reservando en esta web, el mejor precio y calidad que encontré. Tienen también la opción de dos días de excursión. E incluso tienen una opción excursión privada por si sois un grupo y os viene mejor.
El día que yo fui, la salida era a las 07:30h desde el punto de recogida, en mi caso era frente de universidad Tarás Shevchenko. Es muy fácil de localizar por que es un enorme y bonito edificio rojo. Se que algunos días, el punto de recogida es diferente, desconozco el factor que determina el punto de partida. Cuando reserves tu tour te dirán el punto de encuentro.
Yo llegué pronto al punto de encuentro, allí ya estaba la furgoneta y el chofer. Una mercedes con capacidad para 16 personas, aunque en ese momento no había nadie luego se llenó. Así que pude elegir sitio y me acomode detrás del conductor, al lado de la ventanilla, para poder ir viendo el paisaje.
Entrando a la zona de exclusión
Tras unos 140 kms y dos horas de trayecto se llega a la entrada de la zona de exclusión. Hay coincidimos con un par de furgonetas y también un autobús que llegó cuando nosotros ya habíamos pasado el control. En total, lo que yo vi, seriamos unas 100 personas.
El control tiene barreras en cada sentido y bastantes militares custodiando el paso. También hay a los dos lados de la carretera algún pequeño edificio oficial. Justo antes de la barrera hay una tienda de souvenirs y enfrente, al otro lado de la carretera, un coffee-truck, algo un tanto surrealista. Aunque si piensas que en toda la zona es lo único vas a encontrar donde poder tomar algo, pues no lo es tanto.
Para pasar el control de entrada, que es exactamente igual que cualquier puesto fronterizo, necesitas un permiso especial y también el pasaporte. La empresa con la que haces el tour se encarga de con tus datos pedir el permiso. Es muy importante que cuando se los des, estos sean correctos, cualquier error podría hacer que no pudieses entrar. Al llegar a este punto nos bajamos de la furgo, nos dieron a cada uno nuestro permiso además de un lector de radioactividad que tienes que colgarte al cuello.
Después de unos minutos, uno de los militares se acercó a nosotros que estábamos junto al guía al lado de la furgo. Con un máquina lectora de códigos QR, el guardia corrobora que cada uno porte su permiso, su pasaporte y que esa informacion ademas sea correcta. La verdad que lo miran todo muy bien. Conforme nos da el visto bueno cada uno va subiendo a la furgoneta y ocupando su sitio. Cuando ya estamos todos escaneados y arriba, levantan la barrera de entrada pasamos al otro lado.
A los 20 metros de cruzar, la furgoneta se echa a un lado de la carretera y se detiene. Nos dan unos minutos para quien quiera ir al baño. Después de ese punto ya no hay ningún sitio habilitado para ello. Aunque las instalaciones no son el paraíso, estan en pesimas condiciones y huele fatal. Así que te recomiendo encarecidamente que si tienes la necesidad de algo «grande» lo hagas, esta será tu última oportunidad para hacerlo en tranquilidad, jajaj. A los 15 minutos y un poco más ligeros, continuamos nuestro camino ya dentro de la zona de exclusión.
Qué ver en Chernobyl
Haces alguna parada para ver cosas abandonadas y algún monumento. Luego te llevan hasta a un puente sobre el río y desde donde a los lejos puedes ver la central nuclear. Yo me imagine que no nos acercariamos demasiado, pero no fue así. Después de unos minutos en el puente volvimos a subirnos en el microbús. Para mi sorpresa llegamos hasta unos 50 m del reactor 4, mejor dicho del sacofago que lo contiene. Según las autoridades no hay problema, pero a mi la verdad que me daba bastante cosa estar ahí.
El sarcofago que se ve no es el primero que se construyó para tapar la zona explosionada y así sellar dentro todos los productos nocivos. El primero, que se puso en fechas posteriores, se fue deteriorando con el paso de los años y por consiguiente había muchísimo riesgo de otro desastre nuclear, así que hace poco se cubrió con otro. El nuevo es más grande y de una gran calidad y se construyó a tan solo 200 metros del antiguo. Después, mediante un sofisticado sistema de raíles, se movió encima del viejo. Tuvo un coste de más de 1.500 millones de euros, que se financiaron con la ayuda de diferentes bancos y de 28 países. Este nuevo sarcofago tiene una vida util estimada de 100 años. Parece mucho, pero dado que los materiales que hay dentro tienen una vida casi eterna, ese tiempo se queda en nada.



Qué ver en Pripyat, la ciudad fantasma
En el imaginario popular se cree erróneamente que la ciudad abandonada después del desastre, la que se ve en las fotos, es Chernobyl, pero hasta que no estás allí no te das cuenta que eso no es así.
Chernobyl se encuentra más o menos a unos 20 kms de la central, pero cuando se creó la central nuclear no habia nada mas en los alrededores, así que la bautizaron con el nombre de esta localidad.
La famosa ciudad fantasma es Pripyat, fundada en 1970 para acoger la gran demanda derivada del trabajo que ofrecía la zona. Le debe su nombre al río que la atraviesa y está situada a tan solo 3 kms de la central nuclear.
El crecimiento de Pripyat fue vertiginoso, pasando de 10.000 personas en 1970 a las casi 50.000 en el momento en que sucedió el desastre. En ella el nivel de vida era de los más prósperos de la extinta unión soviética. Una ciudad joven habitada por jóvenes, la media de edad de sus habitantes rondaba los 30 años. Según las crónicas de la época, cada año llegaban a nacer más de mil bebés. Así que puedes darte una idea de que si nada hubiese pasado, hoy en dia, Pripyat sería un importante ciudad.
La ciudad contaba con todos los servicios necesarios para el disfrute de sus habitantes, cine, hotel, centro de arte, colegios, centro comercial, hospitales, parque de atracciones, sala de conciertos, centros deportivos, campo de fútbol… Hoy en día la ciudad prácticamente ha sido literalmente devorada por la naturaleza. Aunque quedan bastantes edificios, estos están escondidos entre enormes árboles y bosque cerrado. Solo algunos de ellos son los que puedes visitar, siempre en compañía.
Con mi grupo paseamos por las grandes avenidas, el centro de la ciudad y accedimos a un hospital de maternidad. También a un colegio, al campo de fútbol, al centro cívico, una piscina, un gimnasio, a una cafetería al lado del río y algún lugar más. La verdad que es bastante interesante, ver todo eso, es como trasladarte en el tiempo a los años 80, sentir de lleno el pasado ruso de Ucrania.
Especial mención es la cartelería situada en el exterior de los edificios. Los periódicos y objetos de la época que se encuentran tirados por el suelo en los interiores me sorprendieron mucho










Chernobyl 2: zona militar soviética
Siguiendo con el tour, por las inmediaciones se llega a la zona militar. En esta zona se puede ver, lo que para mi fue una de las cosas de mayor impacto, la antena/radar antimisiles Duga 3. Una enorme estructura metálica «escondida» en el bosque, entrecomillo escondida porque, cuando digo enorme es enorme. El radar mide nada más y nada menos que 170 metros de altura por 700 metros de largo. Puedo asegurarte que así es pues lo recorrí hasta el final, osea que es tan inmenso que se ve desde kilómetros de distancia en la planicie, así que de escondido nada.
El radar fue conocido como el «pájaro carpintero ruso» russian woodpecker, por la señal repetitiva que emitía. Esta señal podía oírse e interferia en radios de todo el mundo. Yo recuerdo oír en la radio esa señal/interferencia en mi niñez.
Desconozco si todos los tours incluyen la visita al radar, te recomiendo informarte antes. Te aseguro que es una de las cosas que más te va a impactar.
Saliendo de la zona de exclusión
Cuando ya por la tarde vas saliendo de la zona de exclusión de Chernobyl, tienes que volver a pasar lo dos controles a la inversa.
En esta ocasión, además es necesario saber los niveles de radiación que se pueda haber impregnado en ti, en tu ropa y pertenencias. Nos hicieron pasar dentro de los edificios que vimos cuando entrabamos. Hay que pasar por una máquina individual en cada uno de los dos controles. El guía te indica lo que tienes que hacer en todo momento, ya que está siempre con el grupo. Mientras, nuestro vehículo también pasa por un exhaustivo control radiactivo por parte de los militares.
En el último control antes de irte, hay que devolver la máquina medidora que llevas colgada al cuello, máquina que también revisan por si te has metido por lugares prohibidos y el nivel de radiación ha subido.
¡¡¡Muy importante!!!
prohibiciones
Existen unas estrictas normas para poder visitar la zona de exclusión de Chernobyl. Te dejo un resumen de los que nos dijeron.
Es obligatorio llevar el pasaporte y el permiso impreso que te da la guia.
Está totalmente prohibido:
- Llevar pantalón corto o falda y manga corta,
- También está prohibido el calzado abierto.
- Llevar cualquier tipo de arma.
- Las bebidas alcohólicas y las drogas.
- Hacer acampada, comer y hacer fuego.
- Entrar en los edificios o tocar alguna estructura.
- Tocar, llevar o traer ninguna planta ni semilla.
- Llevarse ningún objeto de la zona.
- Traer, llevar o tocar cualquier animal, ni perros, ni gatos.
- Beber agua de pozos o ríos. Comer nada de la naturaleza.
En este aspecto son muy restrictivos y además de meterte en un lío no te van a dejar pasar el control si no sigues las normas.
Recomendaciones especiales
- Creo que hay algun tour en el que puedes contratar la comida, 9€ por persona. Yo preferí llevarla. Me prepare unos sándwichs y tambien me lleve una botella grande de agua.
- En el tour te ofrecen la posibilidad de alquilar un «geiger counter» (medidor de radioactividad). Dado que el guía te va mostrando los lugares con más radiación, hace las mediciones y te las muestra, tampoco le veo yo al sentido de alquilarte uno. El precio es de unos 9€ .
- También te ofrecen la posibilidad de alquilar un mono por el mismo precio del geiger, pero tampoco lo veo demasiado necesario. Pero claro, eso ya va en gustos.
- Ir al baño gordo antes, o si no llevarte material para la higiene personal, por si, en medio del bosque te da un apretón.
Texto y fotografías: Santino Álvarez